Semana Especial "DíA DE TODOS LOS SANTOS"
- Santiago Torrado
- 23 oct 2023
- 7 Min. de lectura
A partir del 30 de octubre hasta el 2 de noviembre, ambos inclusive, en el Asador Calderón, vamos a preparar una semana muy especial, coincidiendo con el "Día de Todos los Santos y El Día de Difuntos". Habrá sorpresas, precios reducidos en algunos productos y un menú especial el día 1 de noviembre.
Estas celebraciones, como muchos de ustedes ya sabrán, tienen sus raíces en otras celebraciones paganas de culturas ancestrales. Y es en estas otras celebraciones ancestrales en las que queremos centrar nuestra atención, en esta publicación.
¿Conocen ustedes el origen de la fiesta de Halloween y qué celebra?
Existe la creencia generalizada de que muchas de las costumbres seculares modernas de la Víspera de Todos los Santos, se vieron influidas por la fiesta de Samhain.
Samhain es una fiesta gaélica que se celebraba el 1 de noviembre y que marca el final de la temporada de cosechas y el comienzo del invierno o la «mitad más oscura» del año. Las celebraciones comienzan en la tarde del 31 de octubre, ya que el día celta comenzaba y terminaba al atardecer. Históricamente se celebraba en toda Irlanda y Escocia. Parece ser que el Samhain se caracterizaba por grandes fiestas y que era el momento en que se abrían los antiguos túmulos funerarios, que se consideraban portales al Otro Mundo. En ellas las hogueras y sacrificios, permitían que la frontera entre este mundo y el otro se diluyera, lo que significaba que los espíritus o hadas, podían entrar más fácilmente en nuestro mundo. A los espíritus se les aplacaba con ofrendas de comida y bebida para que la gente y su ganado sobrevivieran al invierno. También se creía que las almas de los parientes muertos volvían a visitar sus hogares en busca de hospitalidad, y se les reservaba un lugar en la mesa durante la comida. La costumbre de disfrazarse, a menudo con una máscara, y visitar las casas de las personas, formaban parte de la fiesta.
Influida por estas celebraciones paganas y para integrarlas al catolicismo, en el siglo IX la Iglesia occidental aprobó el 1 de noviembre como fecha del Día de Todos los Santos y el 2 de noviembre se convirtió más tarde en el Día de los Fieles Difuntos. Se cree que, con el tiempo, el Samhain y el Día de Todos los Santos se influyeron mutuamente y acabaron sincretizándose en el moderno Halloween. La traducción de Víspera de Todos los Santos al inglés, es All Hallows Eve y de ahí derivó al hoy mundialmente conocido Halloween.
La mayoría de las tradiciones estadounidenses de Halloween se heredaron de los inmigrantes irlandeses y escoceses. Entre las actividades más populares, se encuentran el truco o trato, que es una costumbre habitual para los niños en Halloween. Van disfrazados de casa en casa, pidiendo golosinas como caramelos o a veces dinero, con la pregunta «¿Truco o trato?». La palabra «truco» (trick) implica una «amenaza» de hacer alguna travesura a los dueños de la casa o a sus propiedades, si no se les da una golosina. También es habitual asistir a fiestas de disfraces, tallar calabazas o nabos en forma de linternas, encender hogueras, jugar a morder la manzana, juegos de adivinación, gastar bromas, visitar atracciones encantadas, contar historias de miedo y ver películas de terror.

Celebraciones católicas.
Nuestra celebración de Todos los Santos, tiene su origen en el año 609, cuando el papa Bonifacio IV aprobó el 13 de mayo como día santo, para conmemorar a todos los mártires cristianos. La fecha actual del 1 de noviembre, tiene su origen hacia el año 800. Hay pruebas de que las iglesia de Irlanda, país en el que se celebraba antiguamente el Sanhaim celta, aprovechó esta fecha para celebrar una fiesta en conmemoración de todos los santos y se cuenta que fue en la corte de Carlomagno, cuando se introdujo la fecha del 1 de noviembre de "Todos los Santos" en el reino franco. Ya en el año 835, la fecha del 1 de noviembre se adoptó oficialmente en el Imperio franco y es en el siglo XI, cuando el 2 de noviembre se estableció como Día de los Fieles Difuntos. De este modo se creó la celebración de tres días conocida como la Víspera de Todos los Santos (31 de octubre), el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre).
Una de las celebraciones católicas, más conmovedoras en la actualidad, relacionada con el Día de Todos los Santos, hay que situarla en Polonia. Allí las familias acuden a los cementerios el 1 de noviembre y adornan con gran cantidad de flores las sepulturas, al igual que hacemos en España, con la diferencia de que allí colocan velas y candelas sobre las tumbas. Por su belleza, esta tradición ha sido incluida en muchas guías de viaje y visitar al atardecer un cementerio en Polonia, ha pasado a ser una cita obligada en esas fechas. Contemplar uno de estos sagrados lugares, al caer definitivamente el día, no deja a nadie indiferente.

En España, cada comunidad autónoma tiene diferentes formas de festejar estos días. Así en Galicia, celebran el Samaín, la noche del 31 de octubre, que tiene su origen en el Samhain irlandés, en Canarias se celebra la llamada “Noche de los fianos”, que es una festividad en la que las calles de los pueblos se llenan con hogueras, música y bailes. En Soria se celebra esta noche con la obra “El monte de las Ánimas” que transcurre en uno de los montes de Soria que incluye la lectura de la leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer con títeres, monjes templarios, esqueletos y otros espectros. Dentro del País Vasco se celebra esta fiesta con una tradición gastronómica llamada en euskera “Gaztañerre Eguna”, que en castellano significa castaña asada.
Pero sin duda alguna, merece un capítulo aparte el llamado Día de Muertos en México.
El Día de Muertos.
Las civilizaciones aztecas y mayas, desarrollaron unos ricos rituales alrededor del culto a los antepasados y de la muerte en sí misma, lo que constituyó el precedente del actual Día de Muertos. Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión cristiana, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Los mexicas creían que los difuntos podían tener hasta cuatro destinos diferentes, dependiendo del tipo de muerte:
Tlalocan o paraíso de Tláloc, dios de la lluvia. A este sitio se dirigían aquellos que morían en circunstancias relacionadas con el agua: los ahogados, los que morían por efecto de un rayo, los que morían por enfermedades como la gota o la hidropesía, la sarna o las bubas, así como también los niños sacrificados al dios. El Tlalocan era un lugar de reposo y de abundancia.
Omeyocán, paraíso del sol, presidido por Huitzilopochtli, el dios de la guerra. A este lugar llegaban sólo los muertos en combate, los cautivos que se sacrificaban y las mujeres que morían en el parto. El Omeyocan era un lugar de gozo permanente, en el que se festejaba al sol y se le acompañaba con música, cantos y bailes. Los muertos que iban al Omeyocan, después de cuatro años, volvían al mundo, convertidos en aves de hermosas plumas multicolores.
Mictlán, destinado a quienes morían de muerte natural. Este lugar era habitado por Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, señor y señora de la muerte. Era un sitio muy oscuro, sin ventanas, del que ya no era posible salir.
Chichihuacuauhco, lugar a donde iban los niños muertos antes de su consagración al agua donde se encontraba un árbol de cuyas ramas goteaba leche, para que se alimentaran. Los niños que llegaban aquí volverían a la tierra cuando se destruyese la raza que la habitaba. De esta forma, de la muerte renacería la vida.
Los entierros prehispánicos eran acompañados de ofrendas que contenían dos tipos de objetos: los que, en vida, habían sido utilizados por el muerto, y los que podría necesitar en su tránsito al inframundo. Instrumentos musicales de barro, como ocarinas, flautas, timbales y sonajas en forma de calaveras; esculturas que representaban a los dioses mortuorios, cráneos de diversos materiales (piedra, jade, cristal), braseros, incensarios y urnas.
Cuando llegaron a América los españoles en el siglo XVI, trajeron sus propias celebraciones tradicionales para conmemorar a los difuntos, donde se recordaba a los muertos en el Día de Todos los Santos. Al convertir a los nativos del Nuevo Mundo, se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con la festividad mesoamericana, creando el actual Día de Muertos.
En la actualidad, durante los días 1 y 2 de noviembre, las familias suelen limpiar y decorar las tumbas con coloridas flores. En México, principalmente depositan la flor de cempasúchitl y "flor de terciopelo", las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos.

En el caso de que no se pueda visitar la tumba, ya sea porque ya no existe la tumba del difunto o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla, también se elaboran detallados altares en las casas, donde se ponen las ofrendas, que pueden ser platillos de comida, el pan de muerto, vasos de agua, mezcal, tequila, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto al retrato de los difuntos, rodeados de veladoras. Curiosas son las calaveras de dulce, que tienen escrito en la frente el nombre del difunto, y las consumen parientes o amigos. Es común ver Mariachis y tríos ofreciendo sus servicios para poder alegrar el rato.
Algunos municipios del Estado de México organizan programas culturales para celebrar este día. Toluca por su parte organiza un desfile, amenizado por monumentales figuras de Catrinas, Adelitas y del dios Quetzalcóatl, así como mojigangas y cabezones creados por artesanos de San Pablo Autopan.

En los municipios de Santa Ana Chiautempan, San Pablo del Monte, en la comunidad de San Isidro Buen Suceso, la celebración del día de muertos se inicia el día 28 de octubre y dura hasta el día 2 de noviembre. Entre esas fechas se conmemora a las personas fallecidas y cada día es dedicado a las personas que fallecen de diferente forma. Así, el día 28 de octubre, se recuerdan a las personas que murieron en algún tipo de accidente y en el lugar del fallecimiento se coloca una cruz y se adorna con cempaxúchitl (flor de muerto) y se coloca una vela. Posteriormente, el día 30 de octubre se recuerdan a los bebés que murieron antes de ser bautizados. Este día los padres van a las tumbas de los bebés a dejar flores y en la casa se pone su ofrenda con juguetes, pan, leche, y agua. Al día siguiente, 31 de octubre, se recuerda a los niños menores de 12 años. El día 1 de noviembre, durante la conmemoración del Día de Todos los Santos se recuerda a la gente en general que ha muerto de causas naturales o por enfermedades a partir de los 13 años en adelante. Y finalmente, el día 2 de noviembre después de las 12 del día (según las creencia es cuando las almas de los difuntos se van) se recogen las ofrendas y se levantan los altares.

Sin duda alguna, para nosotros El Día de los Muertos es sin duda la festividad más impactante por su colorido.
Esperamos que hayan disfrutado de la lectura y les invitamos a participar de nuestra semana especial.
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